Es ampliamente reconocida la necesidad de que Canarias avance hacia una economía diversificada con actividades productivas más complejas que permitan un crecimiento más sostenible e integrador capaz de generar empleo estable y de calidad. Una sociedad justa y próspera es aquella que es capaz de generar buenas oportunidades para que todos los individuos puedan alcanzar sus expectativas personales y profesionales. Tenemos que reforzar estrategias para combatir la desigualdad, que conlleva una menor demanda agregada; que impide a muchos ciudadanos alcanzar su máxima capacidad productiva, lastrando nuestro crecimiento futuro; y que conduce a una sociedad que dedicará menor inversión pública en detrimento de su productividad en sectores estratégicos como la educación, la tecnología, nuevas infraestructuras o el transporte público, entre otros. Debemos sacar lecciones aprendidas del crecimiento y el desarrollo económico que ha experimentado el archipiélago durante las últimas décadas y del impacto de las crisis que de forma inevitable y periódica van a seguir afectando nuestro progreso, dejando detrás a muchas personas, y forzando a otras a salir de nuestra región en búsqueda de mejores opciones profesionales.
Salvada la discusión sobre el por qué de la diversificación económica y el protagonismo de la tecnología y la innovación en la nueva dirección del crecimiento económico que necesitamos, el foco de la reflexión debe estar en cuáles son los ritmos y la intensidad que debemos poner en esta estrategia. La pandemia actual y como consecuencia, los fondos europeos que está recibiendo Canarias para la recuperación y sobre todo, para la transformación económica de Canarias, son una oportunidad. La doble transición ecológica y digital es un tren al futuro al que debemos subirnos juntos y coordinados sector público y privado.
Cambiar cualquier status quo siempre es complicado. Lo es más cuando el relato del crecimiento y el desarrollo económico de Canarias parte del reconocimiento al esfuerzo que el sector empresarial de las islas ha realizado en las últimas décadas para que pasemos de la pobreza y la miseria de mediados del siglo pasado, a la situación actual. El turismo es y será un motor de crecimiento económico de Canarias. El sector servicios, como en la mayoría de las economías avanzadas, seguirá teniendo un papel central y dará de comer a muchos cientos de miles de personas. Es por lo tanto igual de desacertado interpretar que la diversificación económica es poner en cuestión la industria del turismo, como señalar que otras opciones de creación de riqueza que no son las de atraer visitantes y turistas son propias de ingenuos y soñadores. La clave está como siempre en el término medio y también tiene mucho que ver con la confianza, la valentía y la planificación. Para aportar valor añadido, hay que definir de forma precisa las ventajas comparativas de Canarias para crear actividad económica innovadora, y cuánto de esfuerzo en ilusión, inversión y tiempo estamos dispuestos a dedicar hasta alcanzar el éxito esperado. En paralelo, tanto gobierno como sector privado deben asumir un compromiso más firme y creíble por el talento y el conocimiento que existe en Canarias, que es el recurso decisivo por el que las economías más avanzadas compiten a nivel global. También debemos ser capaces de atraer e integrar el talento que pueda venir del exterior, con especial atención al existe en países del entorno africano.
Existen distintas formas de avanzar hacia una economía más abierta y competitiva. EMERGE apuesta por la creación de valor a través de actividades de investigación y de innovación. La inversión en I+D incrementa la productividad y nos ayuda a acceder al conocimiento necesario para intervenir sobre los retos económicos, sociales y ecológicos actuales y para alcanzar una recuperación económica sostenible y resiliente. Con el emprendedor tecnológico como agente de cambio, las startups y las empresas de base tecnológica actúan como unidades de transferencia tecnológica apoyándose en financiación pública competitiva y capital privado. Este tipo de empresas globales son capaces de crear nuevos mercados y tienen en su código genético la apuesta por la ciencia y la innovación disruptiva. A diferencia de las startups digitales o empresas de internet, las startups tecnológicas no se aprovechan de los efectos de red, el desarrollo de una marca o de plataformas de internet. Están asociadas a un mayor nivel de riesgo e incertidumbre, por lo que sus necesidades de financiación son muy específicas. Pero crean el valor añadido que necesitará la economía de Canarias en el medio y largo plazo. Para que nuestra región alcance una masa crítica importante de emprendedores y startups tecnológicas, los procesos de generación, transferencia y explotación de conocimiento tienen que estar perfectamente engrasados y alineados y deben existir mecanismos de financiación pública que acompañen el proceso de creación y crecimiento de este tipo de empresas para que consigan capitalizar ese conocimiento. Las prioridades que establezca el próximo documento de la Estrategia de Especialización Inteligente de Canarias (S4) deben encontrar soporte en mecanismos adaptados a la realidad regional. Bajo esta visión, los centros públicos de I+D o universidades deben incrementar su grado de compromiso con la industria.
Sin embargo, no todo es responsabilidad del sector público. Canarias, en tanto que región menos avanzada y alejada geográficamente de los principales motores de crecimiento europeo, tiene como región y a nivel de empresa claras limitaciones para absorber de forma eficiente la oferta pública de I+D+i. Por un lado, no nos beneficiamos de los efectos de desbordamiento de conocimiento que existen en otros territorios. Debemos comprender que mientras los costos de transmisión de información no se incrementan con la distancia, los costos de transmisión de conocimiento sí lo hacen. Por otro lado, la mayoría de nuestras empresas no tienen aún las capacidades internas ni los incentivos para hacer investigación y desarrollo tecnológico. La demanda de innovación por parte de nuestro sector privado sigue siendo marginal. Sin una oferta pública de innovación que encuentre una demanda de innovación apropiada, lo único que conseguimos es acentuar el efecto Mateo, que impacta de forma estructural a muchos sistemas de innovación, y en particular el nuestro, sin ampliar al conjunto de la sociedad y a los sectores productivos los recursos y las posibilidades que están actualmente disponibles. No podemos subestimar que uno de los propósitos de la inversión en I+D es apalancar inversión privada.
En un contexto más amplio, Canarias debe realizar un esfuerzo más integrado para que la apuesta por la innovación, la internacionalización y la atracción de inversión sean estrategias perfectamente coordinadas. Así lo recomienda el Task Force Seizing New Growth Opportunities: Canaries / Israel Innovation Partnership, coordinado por EMERGE en colaboración con Gobierno de Canarias y Embajada de Israel en España. La Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información del Gobierno de Canarias debe liderar y supervisar la ejecución de una actuación que contemple que la economía doméstica y nuestras relaciones económicas internacionales estén conectadas, siendo imprescindible una política económica que dé respuesta a la rápida convergencia entre economía física y digital. Más allá de los beneficios e incentivos fiscales, necesarios pero no suficientes, tenemos que diseñar una estrategia ambiciosa para ocupar espacios de centralidad en redes globales de emprendimiento, innovación, ciencia y tecnología, sin menoscabo de los recursos a los que accedemos como Región Ultraperiférica de la Unión Europea. El Gobierno de Canarias debe contar con programas bandera con criterios de excelencia y transversales de impulso al emprendimiento, la ciencia y la innovación, en su expresión amplia, que sumen alianzas internacionales y se conviertan en una referencia a nivel regional e internacional. Un ejemplo es el Africa-Canarias Challenge lanzado por la Dirección General de Asuntos Económicos con África del Gobierno de Canarias para apoyar la innovación social en países africanos, el primero de esta naturaleza con que dispone nuestro archipiélago para crear vínculos bidireccionales con el talento africano y cuya proyección es clave para posicionarnos en ese tipo de redes. Reforzar y garantizar la continuidad de este tipo de acciones es crucial.
La ACIISI ha hecho en los dos últimos años una labor positiva para escuchar y atender los intereses y prioridades del conjunto de los actores públicos y privados dentro del ecosistema de emprendimiento e innovación. Esta sensibilidad está generando confianza y permitiendo avanzar hacia una reflexión más consistente, autocrítica y ambiciosa. Como resultado de lo anterior, sector público y privado están hablando más que nunca y a través de distintos canales e iniciativas sobre cómo poner la I+D+i en el centro de la estrategia. Será clave el compromiso del conjunto de agentes del ecosistema de emprendimiento e innovación por dar un paso adelante en su nivel de autoexigencia y excelencia. También que las empresas más importantes en tamaño del archipiélago sigan arriesgando, invirtiendo y confiando más si cabe en el talento innovador local. En el marco de las ayudas europeas, el establecimiento de partenariados público-privados para resolver los retos complejos que existen en las islas puede ser una buena estrategia. No en vano a Canarias le sobran los buenos problemas: urgentes, con una solución a corto y medio plazo que sea viable. Sería útil el lanzamiento de un fondo para identificar retos pre-comerciales donde industria, universidades y centros públicos de I+D puedan trabajar juntos. Una revisión de la recientemente creada Advanced Research and Invention Agency (ARIA) en Reino Unido puede darnos perspectivas interesantes. Junto a eso, la renovación de personas, de ideas, de proyectos y de objetivos es también una necesidad obligada, porque el grado de cualificación y de motivación es distinto ahora que hace una década. Con esta visión, la Red CIDE, iniciativa de la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias de la que forma parte EMERGE desde el año 2020, también amplía este año su radio de alcance con la incorporación de nuevas entidades para mejorar el impacto de sus resultados con el objetivo de disponer de un tejido productivo más innovador. En definitiva, solo sumando y mejorando podremos avanzar hacia la visión de una Canarias más justa, desarrollada y competitiva capaz de generar empleo de calidad y prosperidad.
En todo este proceso, EMERGE seguirá apostando por el conocimiento y el empuje emprendedor que hay en Canarias. En un mundo de cambios rápidos y permanentes, y gracias al acceso a Internet, existe la posibilidad de depender de nosotros mismos para progresar y orientar correctamente la dirección de nuestro crecimiento económico y hacerlo más resiliente. Pero para no quedarnos rezagados con respecto a las regiones españolas y europeas más desarrolladas, hace falta avanzar más rápido, ser más valientes y asumir el reto con todas sus consecuencias. La reconstrucción de La Palma es una gran oportunidad para demostrar esta voluntad.
(*) Moisés Santana es ingeniero por la ULPGC y máster en Asuntos Internacionales (ICADE). Actualmente es director-gerente de EMERGE y co-director del Task Force Seizing New Growth Opportunitities: Canarias / Israel Innovation Partnership, en colaboración con Gobierno de Canarias y Embajada de Israel en España. Es doctorando en el programa de Sistemas Complejos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid.
Octubre 2021
La Red CIDE es una iniciativa de la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias, impulsada a través de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI), y cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, con una tasa de cofinanciación del 85% en el marco del Programa Operativo FEDER Canarias 2014-2020.